Clásico empotramiento de pie en el río

Decimos que en rescate, conocer casos diferentes y trabajar en escenarios diversos, nos ayuda a mejorar como profesionales y/o deportistas. Por ello hyo quiero compartir el relato de un kayakista que se vio con el pie empotrado en un tramo de río conocido,y de dificultad media-baja (clase III+).

Como veréis es una experiencia muy interesante contado en primera persona. En el relato cuenta como pierde la noción del espacio y las claves que considera que pudieron ayudar a liberarlo.

Phill Miller 16 de junio 2018 cuenta su versión de los hechos para que la gente pueda aprender de su experiencia

"He estado remando en aguas bravas durante 6 años, y más intensamente durante los últimos 4. Soy un kayakista sólido y tengo confianza, habiendo descendido el tramo  que describiré probablemente 200 veces, y llevo sin nadar más de un año. Quiero decir que no navego el tramo nervioso, el descenso de este río, es algo cotidiano para mi. El sábado pasado descendí 4 veces el tramo antes del suceso.

Había salido con varios grupos de amigos ese día y 5 o 6 de nosotros partimos juntos en ese 5ª descenso. Estaba gustándome, probando mi nuevo kayak, y estaba teniendo un gran día. De repente, una maniobra me salió mal y acabé en un rulo de lado siendo proyectado fuera del kayak. Empujé el kayak para salir lejos del rulo ya que iba a tener una nadada fea. 

Entonces, sentí que mi pie se atrapaba, y en un abrir y cerrar de ojos me dio la vuelta como a una muñeca de trapo, dejándome en posición boca abajo. Imaginé que mi culo estaba fuera del agua y que estaba a pocos dedos de la superficie, claramente visible para los demás. Sin embargo, estaba cerca del fondo del río bastante más profundo de lo esperado. El dolor de mi pierna  inmovilizada contra la roca, era insoportable y me hizo vomitar en el agua casi al instante.

Sin embargo, me di cuenta de que la fuerza del agua que fluía sobre mí, había creado una bolsa de aire, un vacío del ancho de mis hombros, y una corriente de agua a mi alrededor, que se movía si movía mi cabeza. No había agua en mi cara ni salpicaduras, podía abrir mi boca y mis ojos. Surrealista. Descubrí que podía respirar profunda y tranquilamente y pensar con claridad sobre lo que estaba sucediendo. Tuve un dolor terrible en la pierna, pero creo que la adrenalina comenzó a hacer efecto y pasé del puro pánico a un estado muy tranquilo. Creo que tenemos alguna forma de súper fuerza o enfoque para permitir que esto suceda.

Mi pie estaba atrapado pero mi rodilla estaba hiperextendida en la dirección incorrecta. Sabía que mi pierna se rompería fácilmente si la forzaba. Era capaz de comprender  que romperme la pierna no hubiera ayudado (no habría liberado mi pie). Lo único que podía hacer era empujar el fondo del río con mis brazos, luchando contra la fuerza del agua, para mantener la rodilla y la bolsa de aire estables. Esto me producía mucha fatiga. Tenía que seguir pensando: vendrán... espera... respira!!

Todavía pensaba que estaba completamente visible y que alguien podría sacarme rápida y fácilmente. Mientras tanto, la realidad era que mi buena amiga Sonia había visto toda la jugada y había visto exactamente dónde me había hundido. Ella gritó a Bobby que estaba en una contracorriente río arriba. Tuve suerte de que hubiera dos kayakistas río arriba en el lugar exacto. Para su sorpresa, cuando se prepararon para hacer el rescate, yo era totalmente invisible (casco blanco, y chaleco DAF azul / negro). Ni siquiera podían distinguir la forma de un cuerpo a través del agua aireada.

Estaba medio metro por debajo del agua, totalmente invisible y había estado bajo el agua durante algunos minutos. Sonia y Bobby no sabían que tenía una bolsa de aire que me permitía respirar. Desde la perspectiva de mis rescatadores, no puedo imaginar lo aterrador que debe haber sido sacar a un compañero de kayak y amigo. No pareceía que fuera a tener un resultado satisfactorio.

Estaba situado a un metro del borde, entre mis compañeros, que usaban cintas planas para tratar de sacarme. Habían llegado a una posición donde Bobby casi podía alcanzarme cuando sentí que era liberado. No sabemos si movió alguna roca, si me sacó con la flip-line, o si me relajé lo suficiente como para liberarme, pero sabiendo que Bobby estaba allí hubo un movimiento y de repente fui liberado río abajo hacia una contracorriente.

Me arrastraron hasta un banco que había en la orilla junto a una multitud de personas. Sentí un gran alivio, pero al mirar las caras de Bobby y Sonia me vine abajo.

Estoy muy agradecido con mis compañeros y rescatadores (Bobby y Sonia), pero también con Dave Kohns Hollins, un instructor que trabajaba en el río ese día y que me hizo los primeros auxilios. Hubo más personas que recogieron mis cosas, gente que me llevo en furgoneta (Dave)... Las guías de rafting, el personal del centro, el conductor del minibús (sentí muchísimo amor y atención profesional por parte de todos) me sentí muy impresionado por su ayuda y apoyo.

Al final de la experiencia, no tenía nada roto, eso si, un montón de daño profundo en los tejidos de la parte inferior de la pierna y la rodilla. Queda por ver cómo y cuándo puedo regresar al río.

Esto resalta cuán vulnerable somos como kayakistas en un río. Igual me confié mucho al conocer el río tan bien. Éramos un grupo de kayakistas experimentados con el equipo adecuado y todos habíamos realizado nuestros cursos de seguridad y rescate. Simplemente te das cuenta que las cosas no son como en la teoría;  la fuerza del agua, la delgada linea entre la diversión y el peligro. Tuve la suerte de tener dos compañeros muy experimentados y activos con la seguridad, tomando medidas drásticas rápidamente. Los que estábamos allí el día, sentimos que queríamos compartir esta experiencia de manera más amplia, dentro de la comunidad de kayak.

Una experiencia aleccionadora en la que reflexionaré mientras mi pierna sana, pero en retrospectiva he tenido mucha suerte. ¿Qué pasaría si no hubiera tenido una bolsa de aire, si hubiera sido la última persona navegando y nadie hubiera mirado atrás para localizarme durante el accidente? en días de mayor actividad habría habido más balsas de rafting que podrían haber remado directamente sobre mí;

Hay muchos preguntas que podemos hacernos y más aquí, incluida la necesidad de tener un eskimotaje a prueba de bombas. En este caso, habiendo eskimoteado podría haber impedido que sucediera, pero no siempre es posible. El eskimotaje no funciona en todos los escenarios. Del mismo modo, Bob no pudo atarme una cuerda; en este caso, una cola de vaca o cinta con cazaremos (que ya no usaba) podría haber sido una gran diferencia.

Personalmente el río está arraigado en mi ADN; y esto no va a detenerme, pero me fortalecerá y me ayudará a seguir aprendiendo como kayakista.

Saludos, Phil

Después de leer a Phill, podemos hacernos a la idea de la dificultad que entraña el rescate de una persona con el pie empotrado. Es por eso que hoy queremos hacer un pequeño análisis sobre el rescate de una persona con el pie empotrado.

CUESTIONES BÁSICAS EN LA LIBERACIÓN DE UN PIE EMPOTRADO

Duratne los cursos aprendemos ciertas preguntas ue uno se debe hacer cuando va a proceder a un rescate de este tipo. Lo principal es preguntarse: cuantas personas capacitadas estamos para proceder al rescate? Cuantas orillas del río voy a poder utilizar para el rescate. Con estas sencillas preguntas ya soy capaz de crear una estrategia basada en estabilizar a la víctima, desempotrarla y evacuarla. La elección de una estrategia u otra dependerá también de la simpleza, eficacia y riesgo, pero eso es otra película que trataremos más adelante. Ahora vámonos a algo más sencillo que provablemente tuvo bastante que ver en la liberación de Phil y que también debemos preguntarnos.

Para que un pie este empotrado necesitamos que 3 elementos estén presentes, y cualquier actuación sobre los mismos afectará al empotramiento. Los elementos son:

1. - El obstáculo donde el pie está atrapado
2. - El propio pie de la víctima
3. - El flujo del agua constante

Normalmente cuando actuamos sobre uno de estos elementos conseguimos desequilibrar la balanza, y si lo hacemos inteligentemente podemos conseguir que sea a nuestro favor. Actuar sobre uno de estos elementos puede llevarnos al éxito y acabar liberando el pie;

1. Mover un obstáculo donde la victima está atrapada seguramente sea algo muy difícil pero no debe descartarse, imaginaos que alguien esta atrapado en una cuerda y podemos cortarla. 
2. La más habitual y efectiva suele ser actuar directamente sobre la víctima estabilizándola, y deshaciendo el recorrido que ha llevado la pierna para atraparse.
3. La ultima situación es actuar sobre el flujo del agua. Desviar el flujo de la corriente o detenerlo, implica un cese de la fuerza de agua, que bien puede usarse para liberar el cuerpo, pierna, etc.  .

Preguntarse estas cosas en un entorno relajado es en cierta manera una forma de entrenar, es una forma de tener las cosas claras antes de un suceso. Y es que en situaciones de estrés es muy difícil tener estos conceptos muy claros debido al nerviosismo. Por eso considero muy interesante practicar estas maniobras en entornos controlados y hacer análisis de ciertas situaciones en casa, o en los cursos de rescate especícifos que planteamos en RIVER GURU Rescue.